martes, 1 de julio de 2014

Segundo Capitulo COHF

CAPITULO DOS 
LEVANTARSE O CAER
Despertarse fue como caer en un baño de agua helada. Emma se sento rapidamente, saliendo del sueño, con su boca abriendose para gritar: “¡Jules! ¡Jules!” 
Hubo un movimiento en la oscuridad, una mano en su brazo, y una luz repentina que lastimo sus ojos. Emma boqueo y se lanzo hacia atrás, empujando los cojines— estaba en una cama, con almohadas atras de ella y las sábanas envueltas en su cuerpo. Pestañeo para acostumbrarse a la luz, tratando de enfocar.
Helen Blackthorn estaba junto a ella, sus ojos azul-verdes preocupados, con una piedra-runa de luz en su mano. Estaban en un cuarto con un techo a dos aguas, inclinado en cada lado, como en una cabaña de cuento de hadas. Una gran cama con cuatro postes estaba en el centro de la habitacion, y en las sombras detras de Helen, Emma pudo ver muebles: un gran armario cuadrado, un sofá largo y una mesa con patas desvalanceadas. “¿Don — donde estoy? ” Emma jadeo.
"Idris," Helen dijo, acariciando su brazo para tranquilizarla. "Llegaron a Idris, Emma. Estamos en el ático de la casa de los Penhallow" 
"¿Mi — mis padres?" Los dientes de Emma castañeaban. "¿Donde estan mis padres?" 
"Llegaste a traves del Portal, con Julian," Helen dijo gentilmente, sin contestar a su pregunta. "De alguna manera todos ustedes llegaron — es un milagro. La Clave abrió el Portal, pero ya sabes que es dificil viajar asi. Dru llego con Tavvy en sus brazos, y los gemelos llegaron juntos, por supuesto. Y luego, cuando ya casi habiamos perdido la esperanza, ustedes dos. Estabas inconsciente, Em." Peino el cabello de Emma lejos de su frente. "Estabamos tan preocupados. Deberías de haber visto a Jules —"

"¿Que esta pasando?" Emma demando. Se alejo de Helen, no porque no la quisiera sino porque su corazón estaba golpeteando. "¿Que ocurrio con Mark, y el señor Blackthorn —"
Helen vacilo. “Sebastian Morgenstern ha atacado seis Institutos en los ultimos días. Mató a todos o los convirtió. Puede usar la Copa Infernal para hacer que Cazadores de Sombras pierdan su identidad”
"Vi hacerlo," Emma susurro.  "A Katerina. Y luego convirtio a tu padre, tambien. Se lo iban ha hacer a Mark, pero Sebastian dijo que no lo quería ya que tenía sangre de hada." 
Helen se estremecio. “Creemos que Mark sigue vivo,” ella dijo. “Fueron capaces de rastrearlo hasta un punto donde desapareció, pero las runas indican que no esta muerto. Es posible que Sebastian lo tenga como rehén.” 
"Mis — mis papás," Emma dijo de nuevo, con la garganta seca. Sabía lo que significaba que Helen no le respondiera su pregunta la primera vez que la hizo. "¿Donde están? No se encontraban en el Instituto, asi que Sebastian no los pudo haber lastimado." 
"Em …" Helen exhalo. Se veía joven de repente, casi tan joven como Jules. "Sebastian no solo ataca Institutos; él asesina o secuestra a miembros del Conclave en sus hogares. Tus padres — la Clave intento rastrear los, pero no pudieron. Sus cuerpos estaban en Marina del Rey, en la playa, esta mañana. La Clave no sabe exactamente que ocurrio, pero …" 
La voz de Helen se volvio una cadena sin sentido de palabras, palabras como “identificacion positiva” y “cicatrices y marcas en los cuerpos” y “sin evidencia recuperada.” Cosas como “en el agua por horas” y “no había manera de trasportar los cuerpos” y “se dieron los ritos funerarios, quemados en la playa como lo pidieron, ya lo entenderas —” 
Emma grito. Era un grito sin palabras al principio, más y más fuerte, un grito que rompía su garganta y le trajo el sabor del metal a la boca. Era un grito de perdida tan inmenso que no se podía expresar con palabras. Era un llanto sobre tener el cielo sobre la cabeza, y el aire de los pulmones, arrancado por siempre. Grito y grito, y desgarro el colchón con sus manos hasta que lo atravesó, había plumas y sangre en sus uñas; Helen estaba sollozando, intentando detenerla, diciendole: “Emma, Emma, porfavor, Emma, porfavor.” 
Y hubo más luz. Alguien había encendido una linterna en la habitación, y Emma escucho su nombre, en una urgente pero suave voz familiar, y Helen la soltó y fue con Jules, inclinadose en la orilla de la cama, dandole algo para ella, algo que brillaba en dorado, con el nuevo haz de luz. 
Era Cortana. Desenvainada, puesta sobre sus palmas como una ofrenda. Emma creyo que seguía gritando, pero tomó la espada, con las palabras brillando sobre la hoja, quemandole los ojos: Yo soy Cortana, del mismo acero y temple que Joyeuse y Durendal
Escucho a su padre en su mente. “Los Carstairs han llevado esta espada desde generaciones. La inscripción nos recuerda a los Cazadores de Sombras que somos las armas del Ángel. Templa nos con fuego, y nos volvemos más fuertes. Cuando sufrimos, nosotros sobrevivimos”.
Emma se ahogo, tratando de aplacar los gritos, forzandolos hacia dentro y al silencio. Esto es a lo que su padre se refería: Como Cortana, ella tenía acero en las venas y se suponía que era fuerte. Incluso si sus padres no estaban alli para verlo, ella sería fuerte por ellos. 
Abrazo la espada sobre su pecho. En la distancia escucho a Helen exclamar y tratar de alcanzarla, pero Julian, Julian quien siempre sabia lo que Emma necesitaba, alejo a Helen. Los dedos de Emma rodeaban la espada, y la sangre fluia por sus brazos y pecho donde la punta cortaba su clavicula. No lo sentía. Meciéndose adelante y atras, ella se aferro a la espada como si fuera la unica cosa que siempre amo, y dejo que la sangre fluyera en lugar de las lágrimas.
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Simón no podía quitarse la sensación de tener un dejà vu. Habia estado alli antes, de pie justo afuera del Instituto, viendo a los Lightwoods desaparecer a traves de un brillante Portal. En esa ocasión, antes de que tuviera la Marca de Caín, el Portal había sido creado por Magnus, y esta vez estaba siendo cuidado por una bruja de piel azul llamada Catarina Loss.
Había sido llamado porque Jace quería hablar con el sobre Clary antes de desaparecer hacia otro país. 
Esta vez era Clary la que desaparecía con ellos. 
Sintio su mano en la de él, sus dedos rodeando con delicadeza su muñeca. Todo el Conclave — la mayoría de los Cazadores de Sombras de la ciudad de Nueva York — estaban cruzando las puertas del Instituto y pasando a traves del Portal. 
Los Lightwoods, como guardianes del Instituto, iban a pasar al ultimo. Simón había estado alli desde el inicio del ocaso, haces de luz rojiza deslizandose a traves de los edificios de Nueva York, y ahora las piedras - runa iluminaban la escena en frente de él, resaltando algunos pequeños detalles brillantes: el látigo de Isabelle, la chispa de luz que saltaba del anillo familiar de Alec cuando movia las manos, los reflejos en el cabello pálido de Jace. 
"Se ve diferente" Simpon dijo. 
Clary lo miro. Como el resto de los Cazadores de Sombras, estaba vestida con lo que Simón podía describir como una capa. Es lo que se usaba en el frío clima de invierno, hecho de un material pesado, de negro aterciopelado que se abrochaba en el pecho. Se pregunto donde lo había obtenido. Tal vez se hacían sobre pedido. “¿Que cosa?” 
"El Portal," el dijo. "Se ve diferente al que Magnus hace. Es más — azul"
"Tal vez tienen un estilo de moda distinto" 
Simón miro a Catarina. Se veía completamente eficiente, como una enfermera de hospital o una maestra de escuela. Definitivamente no como Magnus. “¿Como esta Izzy?” 
"Preocupada, eso creo. Todos estan preocupados"
Hubo un corto silencio. Clary exhalo, con su aliento flotando blanco en el aire de invierno. 
"No me gusta que te vayas," Simon dijo, al mismo tiempo que Calry decia, "No me gusta irme y dejarte aqui." 
"Estare bien," le respondio Simon. "Tengo a Jordan para cuidarme." De hecho, Jordan estaba alli, sentado en el borde del muro que rodeaba el Instituto, vigilando. "Y nadie ha intentado asesinarme en al menos dos semanas"
"No es gracioso." Clary lo regaño. El problema, Simon penso, era que se volvia dificil asegurarse que estaría bien cuando eras un Vampiro Diurno .
Algunos vampiros querían a Simon de su lado para beneficiarse de sus inusuales poderes. Camille intento reclutarlo, y otros tambien lo harían, pero Simon tenía la impresion de que la basta mayoria de los vampiros lo querían matar. 
"Estoy seguro que Maureen sigue deseando atraparme," Simon dijo. Maureen era la cabeza del clan de vampiros de Nueva York y estaba enamorada de Simon. Lo que podría ser menos incomodo si no tuviera trece años. "Se que la Clave aviso a la gente para que no me tocara, pero …"
"Maureen quiere tocarte," Clary dijo con una sonrisa. "Y en el mal sentido de la palabra."
"Callate, Fray" 
"Jordan la alejara de ti" 
Simon miro hacia delante, pensativo. Estaba intentado no quedarse le viendo a Isabelle, que lo había saludado de manera breve cuando llego al Instituto. Estaba ayudando a su mamá, su cabello negro flotando en la brisa. 
"Podrías acercarte y hablar con ella," Clary le dijo "En lugar de verla como un psicopata." 
"No la estoy viendo como un psicopata. Estoy mirandola sutilmente," 
"Se nota" Clary le dijo "Mira, sabes como es Isabelle, cuando está molesta, se aisla de los demás. Ella no habla con nadie, excepto Jace o Alec, porque no confía en otras personas. Pero si vas a ser el novio de la chica, tienes que demostrar que eres una de esas personas en las que puede confiar."
"Yo no soy su novio. Al menos, no creo que yo sea su novio. Ella nunca usó la palabra "novio", de todos modos."
Clary lo pateó en el tobillo. "Ustedes dos necesitan DLR más que cualquier otra pareja que haya conocido antes.”
"¿Definiendo relaciones por aqui?" dijo una voz detrás de ellos. Simon giro y vio a Magnus, muy alto resaltando contra el cielo oscuro detrás de ellos.
Estaba sobriamente vestido, pantalones vaqueros y una camiseta negra, una parte de su pelo oscuro sobre sus ojos.
"Veo que a pesar de que el mundo se hunde en la oscuridad y el peligro, ustedes dos se sientan a hablar acerca de las relaciones amorosas. Tipicos adolescentes"
“¿Qué haces aqui? " preguntó Simon, sorprendido como para contestarle algo más inteligente.
"Vine a ver Alec," dijo Magnus.
Clary levantó las cejas "¿Qué decias sobre de los adolescentes?"
Magnus levantó un dedo en señal de advertencia. "No te sobrepases, bizcocho” dijo, y se movió lejos de ellos, desapareciendo en la multitud alrededor del Portal.


“¿Bizcocho? Creas o no, él me ha dicho así antes", dijo Clary. "Simon mira" Ella se volvió hacia él, moviendo su mano fuera del bolsillo de sus jeans. Miró hacia abajo y sonrió. "El anillo", dijo. "Util cuando funcionaba, ¿no es así?"
Simon miro también hacia abajo. Un anillo de oro en forma de una hoja rodeaba su dedo anular de la mano derecha. En otros tiempos había sido una conexión con Clary. Ahora, con él de ella destruido, era sólo un anillo, pero él lo conservaba a pesar de todo. Sabía que era un poco más cerca a tener la mitad del collar de mejores amigos, pero no podía evitarlo. Era un objeto hermoso, y seguia siendo un símbolo de la conexión entre ellos.
Ella le apretó la mano con fuerza, elevando sus ojos a los suyos. Sombras se movieron en el verde de su iris, Simon sabía que ella tenía miedo.
 "Sé que se trata de una reunión del Consejo–" Clary comenzó a decir.
"Pero te vas a quedar en Idris."
"Sólo hasta que ellos puedan averiguar qué ha sucedido con los Institutos, y la manera de protegerlos", dijo Clary. "Entonces, volveremos. Yo sé que los teléfonos y mensajes y todo eso, no funcionan en Idris, pero si necesitas hablar conmigo, dile a Magnus, él hallara una manera de hacer que me llegue el mensaje.”
Simon sintió como su garganta se apretaba "Clary--"
"Te quiero", dijo. "Eres mi mejor amigo." Ella se soltó de su mano, sus ojos brillando. "No, no digas nada, no quiero que digas nada." Ella se volvió y casi corrió hacia el Portal, donde Jocelyn y Luke estaban esperandola, tres gruesas bolsas de lona llenas a sus pies. Luke miró a través del patio a Simon, con una expresión de concentración.
Pero ¿dónde estaba Isabelle? La multitud de Cazadores de Sombras había disminuido. Jace se colocó al lado de Clary, su mano sobre su hombro; Maryse estaba cerca del Portal, pero Isabelle, que había estado con ella-
"Simon", dijo una voz cerca de su hombro, y se dio vuelta para ver a Izzy, su rostro pálido entre el cabello oscuro y la capa, mirandolo, su expresión de mitad-enfado, mitad-tristeza. "¿Supongo que esta es la parte donde decimos adiós?"

"Esta bien" dijo Magnus. "Querías hablar conmigo. Habla."
Alec lo miró, con sus ojos abiertos por la sopresa. Ellos habían caminado a la otra fachada de la iglesia y estaban de pie en un pequeño, jardín congelado por el invierno, entre setos sin hojas. Gruesas enredaderas cubrían el muro de piedra y la reja oxidada cerca de ellos, ahora tan carcomida por el invierno que Alec podía ver la calle mundana a través de los agujeros en la puerta de hierro.
Una banca de piedra estaba cerca, su superficie rugosa incrustada con hielo.
"¿Yo quería qué?"
Magnus lo miró como si hubiera hecho algo estúpido. Alec sospechó que lo había hecho. Sus nervios se tambaleaban, como campanillas de viento, y había una sensación de nauseas en su estómago. La última vez que había visto a Magnus, el brujo se alejó de él, se había ido en un túnel subterráneo abandonado, haciéndose cada vez más pequeño hasta que desapareció de su vista.
Aku cinta kamu, le había dicho a Alec. "Te amo" en indonesio.
Esto le habia dado una chispa de esperanza a Alec, suficiente para haber llamado a Magnus decenas de veces, suficiente para mantenerlo cerca de su teléfono, su correo electronico, las ventanas de su habitación -- la cual parecía extraña y vacía sin Magnus en ella, no estando en su habitación -- buscando notas mágicas o mensajes.
Y ahora Magnus estaba de pie delante de él, con su despeinado cabello negro y pupilas verticales como de gato, su voz como melaza oscura y su bello rostro hermoso que no permitia tener una pista de lo que pensaba, y Alec sentía como si hubiera tragado pegamento.
"Querías hablar conmigo," dijo Magnus. "Asumí que para eso eran todas tus llamadas. Y porque enviaste a todos tus estúpidos amigos a mi departamento. ¿O eso se lo haces a todo el mundo?"
Alec tragó contra la sequedad de su garganta y dijo lo primero que se le vino a la mente. "¿Nunca vas a perdonarme?"
 "Yo–" Magnus miraba para otro lado, sacudiendo la cabeza. "Alec. Te he perdonado”
"Pues no lo parece. Estas enojado."
Cuando Magnus lo miró, fue con una expresión más dulce. "Estoy preocupado por ti", dijo. "Los ataques a los Institutos. Acabo de enterarme."
Alec se sintió mareado, Magnus lo había perdonado; Magnus estaba preocupado por él. "¿Sabías que nos vamos a Idris?"
"Catarina me dijo que había sido llamada para hacer un Portal. Asi que lo deduje" dijo Magnus ironicamente "Me sorprendió un poco que no me hubieras llamado o mensajeado para decirme que te ibas de aqui."
"Nunca contestas mis llamadas o mensajes” dijo Alec.
"Eso no te ha detenido antes"
"Todos se rinden eventualmente", dijo Alec. "Además Jace rompió mi teléfono."
Magnus solto una risa. "Oh, Alexander."
"¿Qué?" preguntó Alec, confundido de verdad.
"Eres tan– Tú eres tan– de verdad quiero besarte" Magnus dijo    abruptamente y a continuación, sacudió la cabeza. "Mira, es por esto que no he querido venir a verte."
"Pero estás aquí ahora", dijo Alec. Recordó la primera vez que Magnus lo había besado, fuera de su departamento, y todos sus huesos se habían vuelto líquidos y el había pensado Oh, bien, eso es lo que se supone que debería ser. Ahora lo entiendo. "Podrías–"
"No puedo", dijo Magnus. "Esto no funciona, no funcionaba. Tienes que darte cuenta de esto, ¿no lo crees?". Puso sus manos en los hombros de Alec; Alec podía notar el pulgar de Magnus contra su cuello, sobre su clavicula y todo su cuerpo salto de la emoción.
"¿No lo crees?" dijo Magnus, y lo besó.
Alec se inclino por el beso. Fue todo en silencio. Oyó el crujir de las botas en el suelo nevado cuando se movio hacia delante, la mano de Magnus deslizándose alrededor de su cuello para sostenerlo y Magnus sabia como siempre, dulce y amargo, y familiar Alec abrió sus labios para jadear o respirar o para absorber el aroma de Magnus, pero ya era demasiado tarde. Magnus se separó de él repentinamente, caminando hacia atrás y el beso llego a su fin.
"¿Qué?" dijo Alec, sintiéndose desconcertado y extrañamente sorprendido. " ¿Qué es lo que pasa Magnus?" 
 "No debí de haber hecho eso," dijo Magnus, rápidamente. Él estaba visiblemente agitado de una manera en la que Alec rara vez lo había visto, con un rubor a lo largo de sus pómulos.
"Te perdono, pero no puedo estar contigo. No puedo. No funciona. Voy a vivir para siempre, o al menos hasta que alguien finalmente me mate, y tú no, y eso es demasiado para ti–"
"No me digas lo que es demasiado para mí", dijo Alec muy serio.
Magnus rara vez parecía sorprendido que la expresión en su rostro parecía  extraña. "Es demasiado para la mayoría de la gente", dijo él. "Más para los mortales. Y no es sencillo para nosotros. Ver a alguien que amas envejecer y morir. Yo conocí a una chica, una vez, inmortal como yo–"
"¿Y ella estaba con alguien mortal?" dijo Alec. "¿Qué ocurrio?"
 "Él murió", dijo Magnus. Había un tono en la manera en la que lo dijo que hablaba de un dolor más profundo que lo que las palabras podían contar. Sus ojos de gato brillaban en la oscuridad. "No sé por qué pensé que esto funcionaria alguna vez", agregó. "Lo siento, Alec. No tendría que haber venido."
"No," dijo Alec. "No debiste."
Magnus estaba viendo a Alec un poco confundido, como si se hubiera acercado a alguien conocido en la calle sólo para descubrir que se trataba de alguien extraño.
"No sé porque lo hiciste", dijo Alec. "Sé que me he estado torturando por semanas y lo que he hecho,y como yo no lo debería haber hecho, nunca debi de hablar con Camille. Lo he sentido y lo he entendido y me he disculpado y ni siquiera estuviste ahí. Yo hice todo eso sin ti. Lo que me hace preguntarme que mas puedo hacer sin ti ”. Él miraba a Magnus pensativo.
"Fue mi culpa, lo que pasó. Pero también fue tu culpa. Creo que podría haber aprendido a no tomarle importancia de que eres inmortal y yo soy mortal. Cada uno obtiene el tiempo correcto para estar juntos y no más. Quizás no somos tan diferentes. Pero, ¿sabes que no puedo entender? Que nunca me dijiste nada, no se cuando naciste, no se nada de tu vida–cual es tu verdadero nombre o acerca de tu familia, o cual fue el primer rostro que amaste o la primera vez que te rompieron el corazón. Sabes todo de mi, y yo no se nada de ti, ese es el verdadero problema ."
"Te lo dije" le dijo Magnus suavemente, "En nuestra primera cita, que me aceptarías como soy, sin hacerme preguntas–―
Alec agitó el brazo. "Eso no es algo justo para pedir, y tu sabes–tu sabías–que yo no entendia mucho acerca del amor como para entender eso. Actúas como si fueras la parte perjudicada, pero tenías la ventaja en esto"
"Sí" dijo Magnus después de un momento. "Sí, supongo que lo hice."
"Pero ¿eso no cambia nada?" dijo Alec, sintiendo el aire frío en su caja torácica. "Contigo, nunca lo hace."
"No puedo cambiar", dijo Magnus. "Ha pasado mucho tiempo. Nos petrificamos, tu sabes, los inmortales, como los fosiles se ven convertidos en roca. Cuando te conocí pensé que toda esta maravilla y alegría y el que todo era nuevo para tí, me podría cambiar, pero–"
 "Transformate," dijo Alec, pero no lo dijo con el tono de rabia o desconsuelo que es lo él quería, sino que lo dijo de manera suave, como en un ruego.
Pero Magnus sólo sacudió la cabeza. "Alec", dijo. "Tu conoces mi visión , el de la ciudad hecha de sangre y sangre en las calles y torres hechas de hueso. Si Sebastian consigue lo que quiere, ese será este mundo. La sangre será sangre de Nefilim. Ve a Idris, estaras mas seguro, pero no confies y no bajes la guardia, te necesito para vivir" le dijo y se dio la vuelta, y de un golpe desaparecio.
Te necesito para vivir.
Alec se sentó en la banca de piedra helada y puso su rostro entre sus manos.
"No es un adiós para siempre", Simon protestó, pero Isabelle fruncio las cejas.
"Acercate", ella dijo, y lo tiró de la manga. Llevaba guantes de terciopelo rojo oscuro, y su mano lucia como una mancha de sangre en contraste con su chaqueta azul marino. Simon evito pensar en eso. Deseaba no estar pensando en sangre en momentos tan inoportunos.
"¿Dónde?"
 Isabelle rodó los ojos y lo arrastró hacia un lado, dentro de un nicho oscuro cerca de la puerta principal del Instituto. El espacio no era tan grande, y Simon podía sentir el calor del cuerpo de Isabelle – el calor y el frío no lo afectaban a el desde que se había convertido en vampiro, a menos que fuese el calor de la sangre. No sabía si era porque había bebido de la sangre de Isabelle, o si se trataba de algo más oscuro, pero era consciente del pulso de sangre a través de sus venas en una forma distinta a la de los demás.
"Me hubiera gustado ir contigo a Idris", dijo de golpe.
"Estás más seguro aquí," dijo ella, a pesar de que la mirada de sus ojos oscuros se suavizo.  "Además, no nos vamos para siempre. Los únicos Subterráneos que pueden ir a Alacante son los miembros del Consejo porque son los que van a tener una reunión, averiguar lo que vamos a hacer y probablemente nos llevaran de regreso. No nos podemos ocultar en Idris mientras Sebastian arrasa todo fuera de ella. Los Cazadores de Sombras no hacemos eso."
Él acarició su mejilla con un dedo. "¿Pero quieres que me oculte aquí?”
"Tienes a Jordan para que te cuide aquí” dijo ella. "Tu propio guardia personal. Eres el mejor amigo de Clary", añadió. "Sebastian lo sabe. Eres el material perfecto para ser rehen. Debes estar donde él no te encuentre."
 "Él nunca ha mostrado interés alguno en mí. No veo porque empezaría a hacerlo ahora.”
Ella se encogió, tirando de su chaqueta para abrigarse. "Él nunca ha mostrado ningún interés en cualquier persona, excepto Clary y Jace, pero eso no significa que no lo hará. No es estúpido." Dijo de mala gana, como si odiara darle demasiada importancia a Sebastian "Clary haria cualquier cosa por ti.”
"Ella haría cualquier cosa por ti también, Izzy." Y por la cara dudosa de Isabelle, le tomó con la mano su mejilla. "Bueno, si no te vas por tanto tiempo, ¿qué lo que hacemos aquí, entonces?"
Ella hizo una mueca. Sus mejillas y boca estaban sonrojadas, el frio traía lo rojo a su piel, el deseaba presionar sus labios fríos contra los de ella, tan llenos de sangre y vida y calor, pero estaba consciente de que sus padres estaban viendolos. "He oído a Clary cuando te estaba diciendo adiós, ella dijo que te quería"
Simon la miro. "Sí, pero ella no se refiere a esa forma –Izzy–"
"Ya lo se", Isabelle protestó. "Por favor, yo sé eso. Pero es solo que ella lo dice tan fácilmente, y tu se lo dices de vuelta tan fácil, y yo nunca se lo he dicho absolutamente a nadie, nadie que no fuera de mi familia."
”Pero si lo dices” él dijo “Podrias salir herida, es por eso que no lo dices.”
“También tu podrías.” Sus ojos eran grandes y negros, lo que refleja las estrellas. "Salir herido, yo podría herirte.”
"Claro que lo sé", dijo Simon. "Lo sé y no me importa. Jace me dijo una vez que caminarías sobre mi corazón con botas de tacón alto y eso no me ha detenido.”
Isabelle tuvo una pequeña risa. "¿Él dijo eso? ¿Y aún asi te quedaste?" El se inclinó hacia ella; si él pudiera respirar, le habría movido el cabello “Lo consideraría un honor.”
Ella movio su cabeza y sus labios se tocaron, los de ella estaban dolorosamente calientes. Ella hacia algo con sus manos – desabotonando  su chaqueta, él pensó por un momento, pero definitivamente Isabelle no se desnudaría frente de su familia. No es que Simon estuviera seguro de tener las fuerzas necesaria para pararla. Ella era Isabelle, después de todo, y ella estuvo a punto – a punto – de decir que lo amaba.
Sus labios se movían contra su piel mientras hablaba. “Toma esto,” dijo susurrando y sintió algo frio recorriendo su nuca, el suave desliz del terciopelo y sus guantes contra su garganta.
Miró hacia abajo. Sobre su pecho estaba un cuadrado rojo sangre. El pendiente de rubi de Isabelle. Era una reliquia de Cazadores de Sombras hechizada para detectar la presencia de energía demoníaca.
"No puedo aceptar esto", dijo, sorprendido. "Iz, esto debe costar una fortuna."
Ella levanto sus hombros. "Es un préstamo, no un regalo, cuidalo hasta que nos volvamos a ver de nuevo." Ella siguió la forma del rubi con  los dedos enguantados. "Hay una vieja leyenda de que el pendiente entró en nuestra familia por medio de un vampiro. Por lo que pienso que es apropiado."
"Isabelle, yo–"
"No" dijo, y se separó, aunque él no sabía exactamente lo que había estado a punto de decir. "No lo digas, no ahora." Ella estaba de regreso, lejos de él. El podía ver a su familia detrás de ella, todo lo que quedaba del Cónclave. Luke había ido a través del Portal, y Jocelyn estaba a punto de hacerlo. Alec, saliendo del extremo contrario del Instituto con las manos en los bolsillos, echó un vistazo a Isabelle y Simon, levantó una ceja y continuo su camino
“Solo no – ¿No salgas con nadie mas mientras no estoy, esta bien?”
Él miraba tras ella. "¿Esto significa que estamos saliendo?", dijo, pero ella sólo hizo una sonrisa y luego camino hacia el Portal. La vió tomar la mano de Alec y pasaron juntos, Maryse siguiéndolos y, a continuación, Jace, y, por último, Clary fue la última allí, además de Catarina enmarcada por una brillante luz azul.
Ella le guiño a Simon y atravesó. Él miro el torbellino del Portal atrapándola y luego se había esfumado.

Simon puso su mano en el rubi de su garganta. Pensó que podía sentir un latido dentro de la piedra preciosa. Era casi como tener un corazón de nuevo.

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